Por agricultura ecológica se entiende aquella que no utiliza productos químicos de síntesis como fertilizantes, fitosanitarios o antibióticos, consigue alimentos con todas sus propiedades naturales y al mismo tiempo contribuye a la conservación del medio ambiente.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 6 por ciento de las enfermedades degenerativas se deben a una mala alimentación. La importancia de comer bien no sólo radica en combinar adecuadamente los diferentes grupos de alimentos en nuestra dieta sino en consumir productos de calidad. Aquí podría ayudar, y mucho, la comida ecológica, que nos permite conocer de forma exacta lo que estamos ingiriendo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 6 por ciento de las enfermedades degenerativas se deben a una mala alimentación. La importancia de comer bien no sólo radica en combinar adecuadamente los diferentes grupos de alimentos en nuestra dieta sino en consumir productos de calidad. Aquí podría ayudar, y mucho, la comida ecológica, que nos permite conocer de forma exacta lo que estamos ingiriendo.
Las personas que optan por una dieta ecológica buscan, en realidad, salud. Entienden este tipo de alimentación, basada en productos no industrializados libres de químicos, como "medicina" para conseguir un bienestar interior que se refleje también a nivel exterior. Si todos los productos alimentarios cuentan con garantías de seguridad y de calidad, la agricultura ecológica debe cumplir con criterios suplementarios en lo que se refiere a la producción y la transformación de los alimentos. Se presta especial importancia a la protección del medio ambiente y, en lo que respecta a la ganadería, al bienestar de los animales.
Los productos denominados biológicos proceden de la agricultura y ganadería ecológica. La primera nace con el objetivo de cultivar productos de máxima calidad nutritiva a partir de técnicas tradicionales que respetan el medio ambiente y conservan la fertilidad del suelo sin utilizar productos químicos-sintéticos. Y la segunda se crea a partir de animales de razas autóctonas del país, controlados desde su origen a base de leche materna hasta los ocho meses y con alimentos que no utilizan no grasas, ni harinas de origen animal ni aditivos de ningún tipo para su proceso de crecimiento o engorde. Todos los productos ecológicos pasan por unos estrictos controles de seguridad alimentaria, por parte de autoridades regionales como europeas, e incorporan un sello de calidad que certifica la autenticidad de su origen.
El consumo de alimentos ecológicos no está, ni muchos menos, masificado. El principal obstáculo que debe salvar la comida biológica es su
elevado precio. La diferencia económica entre los alimentos convencionales y los ecológicos es abismal en muchos casos, por lo que las personas que se sienten atraídas por este tipo de dietas y no disponen de un presupuesto holgado para hacer la compra deben resignarse a adquirir productos convencionales que utilizan la palabra "natural" o "bio" en sus etiquetas de manera.La alimentación ecológica ha pasado de ser una rareza distribuida por pequeñas tiendas a convertirse en una demanda atendida también por las grandes superficies y los supermercados especializados, que, con pedidos voluminosos, tratan de ofertar estos productos a precios más baratos.
Los productos denominados biológicos proceden de la agricultura y ganadería ecológica. La primera nace con el objetivo de cultivar productos de máxima calidad nutritiva a partir de técnicas tradicionales que respetan el medio ambiente y conservan la fertilidad del suelo sin utilizar productos químicos-sintéticos. Y la segunda se crea a partir de animales de razas autóctonas del país, controlados desde su origen a base de leche materna hasta los ocho meses y con alimentos que no utilizan no grasas, ni harinas de origen animal ni aditivos de ningún tipo para su proceso de crecimiento o engorde. Todos los productos ecológicos pasan por unos estrictos controles de seguridad alimentaria, por parte de autoridades regionales como europeas, e incorporan un sello de calidad que certifica la autenticidad de su origen.
El consumo de alimentos ecológicos no está, ni muchos menos, masificado. El principal obstáculo que debe salvar la comida biológica es su
elevado precio. La diferencia económica entre los alimentos convencionales y los ecológicos es abismal en muchos casos, por lo que las personas que se sienten atraídas por este tipo de dietas y no disponen de un presupuesto holgado para hacer la compra deben resignarse a adquirir productos convencionales que utilizan la palabra "natural" o "bio" en sus etiquetas de manera.La alimentación ecológica ha pasado de ser una rareza distribuida por pequeñas tiendas a convertirse en una demanda atendida también por las grandes superficies y los supermercados especializados, que, con pedidos voluminosos, tratan de ofertar estos productos a precios más baratos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario