Malnutrición infantil en España: "Jamás había visto casos tan desgarradores como este año"
La conversación, entre una madre y su hija, forma parte de un vídeo de la ONG Educo para concienciar contra la pobreza infantil en España, pero lo realmente desgarrador es que un niño relató una escena muy similar hace unos meses en una escuela de Girona.
“Utilizar a los niños para hacer demagogia me parece sencillamente repugnante”,aseguró el pasado agosto Rafael Hernando, portavoz adjunto del PP en el Congreso, tras culpar a los padres de la mala alimentación de sus hijos.
Los datos, sin embargo, están ahí: desde que empezó la crisis, el número de niños que han de vivir en contextos de pobreza ha pasado de dos millones a dos millones y medio, según un informe de Educo, que resalta que cada tres minutos un niño cae en riesgo de pobreza en España. De acuerdo con datos de Unicef, la tasa de pobreza infantil en el país se sitúa en el 27,2%.
“Podemos decir que en España hay niños que pasan hambre”, sentencia José Manuel Ramírez, presidente de la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales,quien lamenta que el Gobierno haya recortado un 65% el presupuesto en la Red Básica de Servicios Sociales.
“Todas las personas que nos dedicamos a los servicios sociales podemos contar casos de niños que viven situaciones de hambre real, no metafórico”, afirma. Censura, además, la actuación del Gobierno en este tema: “No se puede hacer una política canalla y luego utilizar eufemismos para maquillar u ocultar lo que está pasando. Es como si mitad de una epidemia despiden a todos los médicos”.
MALNUTRICIÓN, NO DESNUTRICIÓN
Los expertos consultados por El Huffington Post coinciden en señalar que en España hay “sin duda” malnutrición infantil, pero rechazan que exista desnutrición. “La desnutrición es un déficit de nutrientes, sea por falta de ingesta o de absorción, mientras que la malnutrición es una alimentación desequilibrada”, define la Asociación Española de Pediatría.
El pediatra Jesús Martínez, bloguero de este diario, resalta que esa malnutrición va muchas veces unida a la obesidad y que, paradójicamente, en eso también influye la crisis. “Ahora ves a una familia pidiendo para comer y el niño va con una bolsa de Cheetos. Claro, cuesta 0,30 y tiene la tripa tranquila durante un rato a base de grasa y malos cereales que sacian, al estilo de los trabajadores bolivianos que mascan hoja de coca para adormecer las tripas hambrientas. El problema estará en que al disminuir la calidad de lo que comen se resentirá su nutrición”, explica.
Martínez asegura que en su consulta no ha apreciado todavía un aumento de los casos de desnutrición por defecto, pero señala un riesgo: “El problema lo veo yo ligado a la baja calidad de lo que se compra. Ya no habrá aceite de oliva para cocinar, ni otros productos que se irán sustituyendo por otros inferiores”.
Otra médico que realiza reconocimientos escolares (y que no quiere dar sus datos por confidencialidad de los pacientes) reconoce también que la situación de los niños ha empeorado en los últimos años. Explica que es entre los de 6 años donde más anomalías encuentra: "En los niños se nota que están más delgados, con índices de masa corporal más baja que hace unos años".
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